El famoso actor que interpretó a Aurelio Casillas en la famosa serie televisiva «El Señor de los Cielos», Rafael Amaya, habló por primera vez de su rehabilitación de las adicciones.
Amaya concedió una entrevista exclusiva a la revista People en Español, donde habló de su proceso de lucha contra las adicciones. El actor que a final del 2019 terminó de grabar la 7ma temporada del «Señor de Los cielos», donde interpreto a Aurelio Casillas, estuvo fuera del ojo público por un gran tiempo. No había rastros de Amaya ni en sus redes sociales y tampoco en alguna novela en Telemundo.
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El actor Rafael Amaya estuvo viviendo algunos meses en Europa y Sudamérica tratando de pasar desapercibido mediante el uso de gorras y dejando que le crezca la barba.
Perdí mi paz interior, el amor que le tenía a mi familia, a mi trabajo. Poco a poco me fui sumergiendo en el fango oscuro del alcohol y las drogas, viviendo todos los excesos posibles habidos y por haber. Estuve mucho tiempo solo, haciéndole mucho daño a mis seres queridos, a mis amigos, a mis compañeros y al público también.
Comentó en exclusiva a People en Español
Los amigos de Rafael Amaya lo ayudaron a salir le salvaron la vida
Los seres queridos del actor lo ayudaron a que pudiera salir del oscuro mundo de los vicios y el alcohol.
Rafael Amaya llamaba a su comadre Roberto Tapia desde números telefónicos distintos para que nadie lo encuentre. Amaya le pidió ayuda a su compadre, quien no dudó en ayudarlo. Tapa contactó a la hermana del actor, Fátima y junto a ella y si manager lo rescataron.
Mi compadre estaba en malas condiciones, pero deseando que alguien lo ayudara. En el coche [de regreso] él venía llorando. [Yo] le estaba haciendo ver todas las cosas chingonas que tenía en su vida y [que] las estaba tirando [por la borda].
Expresó Roberto Tapia
Sin duda el proceso por el que pasó el actor fue fuerte, pero junto a su familia, amigos y manager ha logrado salir adelante y se encuentra arrepentido por dejarse envolver por el mundo de los vicios y el alcohol.
Perdí mi paz interior, el amor que le tenía a mi familia, a mi trabajo. Poco a poco me fui sumergiendo en el fango oscuro del alcohol, viviendo todos los excesos posibles habidos y por haber.
Soy un ser humano, no soy un robot. Me dejé llevar por el alcohol, las banalidades.
Expresó Amaya